A esta altura del siglo XXI Israel ha terminado partiendo en cuatro al judaísmo mundial: el judío común y corriente que no se acerca a una institución judía hasta el día que lo llevan a enterrar, la casi totalidad de los intelectuales judíos que sencillamente, no son israelíes, los israelíes de Tel Aviv que por sus objeciones de conciencia ya no integran las unidades de elite de las fuerzas armadas y los extremistas nacional-religiosos que ocupan y destrozan cisjordania y que también comandan, en su mayoría, las unidades de elite que hacen desastres en Líbano y Gaza.

Nuestro derecho a Jaffa (La capital de Palestina en 1948, actualmente el barrio arabe de Tel Aviv), su derecho a Tel Aviv, (extensión territorial de la ex capital palestina).Haaretz 30/07/2010 Por Dimitry Shumsky.
Editado y compartido por Victor Murkies.
Dos personas no pueden dividir una propiedad a menos que se acepten como legitimos copropietarios, con iguales derechos a traer a vivir allí a sus hermanos del mundo.
Y dos naciones no pueden dividir una tierra sin antes reconocer la copropiedad de ambas, con iguales derechos a traer a vivir allí a sus hermanos del mundo.
Las negociaciones diplomáticas entre Israel y los países árabes se realizan sobre la base de una lógica completamente diferente para cada una de las partes. Una división de la tierra entre las dos naciones será imposible hasta que ambos coincidan en que ambos tienen derechos, que son copropietarios de la misma tierra en forma conjunta.
Lo que significa que la Nación Palestina, y el resto del nacionalismo islámico tendrá (si desea una paz, aunque sea temporaria, pero real) que reconocer los derechos de los Judíos nacionalistas de Israel, a Jaffa y Haifa, Acre y Lod, Hebrón y Al Quds, y tambien a traer allí a los judios del mundo que deseen viajar, que este derecho no es en absoluto inferior al derecho de los palestinos a estos lugares. A cambio los Judíos de Israel tendrán (si desean una paz, aunque sea temporaria, pero real) que reconocer el derecho de los Palestinos de Israel a Jaffa y Tel Aviv, Hebrón y Jerusalén y tambien a traer allí a los palestinos del mundo que deseen viajar, y que este derecho no es de ninguna manera inferior al derecho de los Judíos nacionalistas de Israel a estos lugares.
Es mas, si, como deseamos todos, se deciden a dividir la tierra en dos estados-nación, como la mayoría de los habitantes de la Tierra de Israel / Palestina actualmente desean, esta división dependerá del reconocimiento previo de que la tierra misma es binacional: de los dos, judíos israelíes y árabes palestinos y que ambos tienen iguales derechos a traer a vivir allí a sus hermanos del mundo. Dos naciones que habitan en una tierra nunca estarán de acuerdo en su división en dos estados-nación a menos que primero acepten que es una tierra binacional, que es de los dos.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Mas sobre dioses y soldados

por: Moshé Rozén (Desde Israel) Editado por Victor Murkies
http://www.revistahorizonte.org/

07/04/09 Salvando las abismales diferencias entre los regímenes teocráticos ya consolidados y los restos de democracia que aun quedan en Israel, Pareciera que el conflicto árabe-israelí esta siendo sumido por los Señores de la Guerra, con creciente intensidad, en una modalidad ultranacionalista religiosa que desplaza a un cono de sombra el verdadero foco del enfrentamiento: la lucha entre colectivos nacionales que se disputan una misma parcela.
Para entender la creciente incidencia del sector religioso nacionalista en el Ejército de Israel debemos comprender previamente la centralidad -en el discurso político hegemónico de la preocupación por la existencia y la seguridad del país.

La definición de la sociedad israelí como "pueblo en armas" como consecuencia de las guerras y el terror consolidó una conciencia militar -una cultura política que privilegia siempre soluciones de fuerza y de corte autoritario para conflictos exteriores y a veces también para problemas civiles- en vastos sectores, siendo el más permeable a esta mentalidad el campo ortodoxo nacionalista.

Israel vive, desde antes de su creación, con la percepción del conflicto con el mundo árabe, o con parte importante de éste, como eje constante. La ocupación de Cisjordania acentuó el carácter étnico y territorial del litigio: la incompatibilidad entre Israel y Palestina. La colonización en las tierras conquistadas en 1967 tuvo como columna conductora el hálito "religioso-nacionalista"; cuya intransigente concepción tanto en el aspecto étnico como territorial chocó en múltiples oportunidades con la política oficial israelí, inclusive con la derecha liberal no ortodoxa (Netaniahu, el actual primer ministro de Israel).

Este proceso implica un paulatino cambio de códigos éticos: el ejército es formalmente el mismo pero la oficialidad carece ya de la tradición humanista de las generaciones pioneras: parte sustancial de los nuevos cuadros militares tienen una notoria impronta ortodoxa y figuras rabínicas de tendencia "ultranacionalista" son sus referentes naturales. Cuando el gobierno de Sharon toma democráticamente la decisión de la desconexión de Gaza, nuestros renombrados personajes y rabinos de los sectores religiosos nacionales no dudaron en instigar a soldados y oficiales a desobedecer ordenes, lo que en cualquier país, democrático o no, es un llamado a la rebelión y al desmoronamiento institucional


(Creo que la poblacion israeli por las ultimas guerras se ha vuelto muy extremista y el resultado electoral confirma y aun supera el de la composición del ejercito: Netaniahu en este momento no supera el 22 % de los votos frente al 15% del voto religioso que sumado al 18% ultranacionalista de Liberman y otros partidos menores da una comoda mayoria (circunstancial espero) para los que podriamos denominar ultras. La motivación para enrolarse de los jóvenes israelíes de esta extracción sociológica ha terminado siendo relativamente superior a la de los jóvenes de filiación "laica", que en los últimos años registran un marcado descenso en la vocación militar de sus hijos, descenso proporcional al dominio que, prácticamente, ha tomado del ejercito la derecha mas extremista... Mafalda (el personaje de Quino) tenia razón: como los jovenes no nos apuramos a cambiar el mundo el mundo nos cambio a nosotros; y a la larga, no resultamos los civiles laicos los que cambiamos al ejercito sino que, fue y es el ejercito, el mas fuerte, el que ha disciplinado, dominado y sometido a los objetores.V.M.)